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LAS PISTAS DE CHEMA LÓPEZ EN EL MUSEO ABC
NEREA UBIETO. Revista Madriz 17 ENERO 2018
La propuesta de Chema López en el Museo ABC nos convierte en detectives retados a resolver un misterio a través de las claves de sus obras. La exposición es para dedicarle tiempo, no como suelen ser las muestras de pintura al uso, dice el autor. Es necesario pararse, leer, reflexionar y sacar conclusiones. El proyecto forma parte del programa de Conexiones del Museo ABC y el Banco Santander en el que los artistas invitados generan vínculos entre su trabajo y parte de la obra de ambas colecciones.
En este caso, Chema López ha ido más allá, puesto que no solo ha creado vínculos con una selección de piezas del banco y el museo, sino que su propia obra está llena de relaciones, correspondencias, trasvases y coincidencias. El núcleo central de la propuesta es la ilación entre la película «El Cebo» de Ladislao Vajda y el escrito de E.H. Gombrich «Arte e Ilusión: estudio sobre la psicología de la representación pictórica», ambos gestados en los años 50. El argumento del film es la investigación del asesinato de una niña por parte de un policía, cuya única pista para descubrir al asesino es un dibujo de la víctima. La imagen esta provista de la ambigüedad característica de la mente infantil donde lo real se confunde con lo imaginario y las proporciones están ligadas a valores emocionales.
El por qué reconocemos una naturaleza en una estampa oriental teniendo un tratamiento tan diferente al de occidente, por qué los egipcios representaron la figura humana en base a la ley de frontalidad o cómo un dibujo de un niño remite a algo reconocible, siendo en principio imágenes tan ajenas a lo real; son algunos de los temas sobre los que reflexiona E.H. Gombrich en su libro. Según el autor, cuando el espectador contempla una representación artística, cae presa de la ilusión: su mirada puede traducir los trazos abstractos de un cuadro expresionista en formas que representan una realidad convenida, pero nunca obtendrá una visión simultánea de ambas realidades.
El cruce entre verdad e ilusión, así como los cuestionamientos en torno a la imagen que se plantean en el libro y la película, llevan a Chema López a entrelazar sus respectivos argumentos e imaginarios para crear una obra versátil y original que no deja indiferente. Desde la entrada a la sala, el espectador se siente interpelado por dos frases escritas en alemán cuyo significado no se revelará hasta llegar a la pieza videográfica final: « ¿Qué es la imagen?» y «¿quién es el hombre de negro?», cuyas respuestas articulan el propio nombre de la muestra: «La ilusión y el miedo». Este es también el título de la obra central de la exposición, una composición formada por doce dibujos de 100x70cm que se presentan en una mesa a modo de pruebas de imprenta de un supuesto libro. En sus páginas, el artista combina fotogramas y conversaciones de la película con frases e ilustraciones del texto de E.H. Gombrich, generando lecturas imbricadas, abiertas a la intuición, el bagaje y los mecanismos de pensamiento de los visitantes. La construcción de idearios a partir de la representación depende de toda una serie de recuerdos archivados, máximas integradas, impactos visuales y conceptuales reconvertidos…En definitiva, condicionantes personales que nutren la ilusión del individuo y determinan su particular visión de la realidad. Por ello, cada espectador «deberá comparar lo que conoce y la información que maneja, con fragmentos dispersos de otros relatos, en principio incompatibles entre sí, tras la esperanza de dar sentido a un recorrido hilvanado narrativamente, aunque entrecortado y plagado de pistas falsas o caminos que desembocan en nuevos escenarios»(Óscar Alonso Molina: “Chema López. La ilusión y el miedo”. Texto del catálogo de la exposición).
Y es que, las imágenes extraídas de «El cebo» y «Arte e ilusión: estudio sobre la psicología de la representación pictórica» conviven con otras pertenecientes a eventos enmarcados en un contexto sociopolítico de la década de los 50 en España que, por diversas razones, hacen eco y amplían el discurso general de la muestra. Este es el caso de la obra «Transición: ¿Por qué las mata? Te lo diré luego», compuesta por un rectángulo negro de gran tamaño -pintado directamente en la pared– y un lienzo negro pintado con acrílico blanco. En este último, encontramos la representación de un fotograma del filme de Ladislao Vajda en el que la niña está siendo engañada en el bosque; en la otra parte, está escrito el título de la versión suizo-alemana de la película, «Esgeschah am hellichten Tag» (Ocurrió a plena luz del día) y debajo aparecen unos retratos de hombres, con sus nombres y apellidos, pertenecientes a un grupo de guerrilleros anarquistas que también fueron derrotados a plena luz del día. La obra, compuesta como una cartela cinematográfica, entremezcla sucesos y protagonistas, convirtiendo a la niña de Vadja, en la Ana Torrent de «El Espíritu de la Colmena» (película española de 1973 dirigida por Víctor Erice) cuando se tropieza con los cadáveres de los maquis caídos.
Chema López sumerge al espectador en un universo por desentrañar a través de las pistas proporcionadas y su propia intuición. Ubicado entre los entresijos de la percepción y la capacidad interpretativa frente a lo que ve, la exposición se revela como una metáfora de la perturbadora dualidad de las imágenes, presente en las obras que han sido puestas a dialogar: por un lado, ofrecen información y potencial conocimiento, por otro, son una fuente de falsedad y manipulación.